por Eduardo Andrés
Desde que recibí la primera vibración de sonido en mi cerebro en el vientre de mi madre se comenzó a crear un banco de información dentro de mí el cual generó efectos, reacciones y comportamientos que me iniciaron en un largo camino y compleja existencia hacia los procesos cognoscitivos de entendimiento y compresión de lo que llamamos vida.
A través de los años como le sucede a todo ser humano los procesos fueron experimentando metamorfosis que me llevaban a enfrentar nuevos retos de búsqueda de conocimiento que dieran respuesta a tantas preguntas que dentro de mí se generaban. En este largo Viaje Existencial mi curiosidad ha sido el velero que los vientos impulsan al descubrimiento del universo que me rodea y de mí mismo.
A pesar de la gran contaminación y alienación que he recibido por parte del sistema-mundo-matrix, como lo es la levadura de la religión, política y cultura, el espíritu de mi consciencia me continúa conduciendo a nuevos conocimientos que me brindan más plenitud y libertad de SER QUIEN SOY; sin embargo, fluir en esa consciencia tiene sus grandes dificultades como lo es la gran oscuridad que participa incógnitamente en el umbral de mi existencia. Infelizmente la creación de este hipnótico mundo es la caída y yo formo parte de ella. Más allá de la gran distracción del Bien y el Mal, la gran fuente que dio vida al Espíritu Conductor que me ilumina sigue obrando dentro de mí para ayudarme y guiarme a cruzar al más grande de los umbrales y lograr conocer, experimentar, manifestar su absoluta y plena energía, el AMOR.
Sí, el amor, pues al final, todo lo visible y palpable en esta creación no se compara a la plenitud de ese amor que va más allá del propio ser, de un noviazgo o matrimonio, de la amistad o hermandad, más allá del sublime amor de una madre y padre por sus hijos, y por supuesto mucho más allá del amor de ese dios creador que la humanidad ha conocido a través de la religión; la voz del espíritu conductor que mora en mi interior me lo susurra, y a pesar del mucho ruido que me rodea, logro escucharlo.
Debo quedarme solamente con lo que tengo por conocido? Creo que no. Debo despojarme de la tanta información consumida por medio de personas, libros y películas? Posiblemente deba hacerlo…seguramente debo nacer de nuevo en el espíritu del pleno amor que aún no conozco pero tendré la verdadera voluntad de hacerlo? Aun no lo sé. Capaz debo descubrirlo.
Que o quien me impulsará a continuar mi viaje existencial hacia esa gran fuente de amor absoluto?
Mi propia voluntad? O la voluntad de la consciencia que por medio de ecos me dice que tal enigma es cierto? Existe tal amor?
Yo y el espíritu conductor seremos dos seres distintos o seremos uno solo?
Es posible que la oscuridad sea quien me guíe sin darme cuenta a tal resplandor de luz, o la orientación de un Padre, Maestro, Amigo y Dios Universal mora en mi espíritu?
Pero amar es necesitar de algo o de alguien?
Necesita alguna cosa aquel ser que vive la Plenitud del Amor? Que es eso del amor y su plenitud?
TO BE CONTINUE…
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